Somos la generación de las mujeres independientes, las que soñamos en grande y fijamos metas cada vez más audaces, metas que alcanzamos. Pero esta independencia que elegimos, como todo costo de oportunidad, trae consigo sacrificios, ante los cuales (idealmente) obtenemos un beneficio.
Por gusto, necesidad u obligación hay mujeres que trabajan. Para muchas, no hay opción y para estas mamás es complicado tener que decidir entre quedarse en la tarde con su pequeño o ir a cerrar un negocio importante. Si este es tu caso quiero decirte que sí se puede. Hay mujeres que son empresarias o que tienen su propio negocio y son mamás extraordinarias. Pero la vida se basa en equilibrios. Es importante poner prioridades y dedicarte al 100 a la actividad que te corresponde en el momento. Si no tienes opción y no puedes darle una gran cantidad de tiempo a tus pequeñitos, dales calidad.
¿Cómo? Desarrolla nexos fuertes.
Esto determina la relación futura con los hijos. Si no tienes tiempo de escuchar lo que hizo en la escuela, problemas con sus amigos o de no celebrar sus pequeños triunfos; le estarás enseñando que cuando tenga 18, 30 o 45 años, estará bien si “no tiene tiempo para ti”. Entonces, estás a tiempo, aún si está en la adolescencia, de enderezar el camino.
TIPS (para niños desde los 3-5 años)
- La hora de dormir: aprovecha para acostarte junto a él, cuéntale un cuento…
- Hazlo partícipe de tu vida, platícale qué haces en el trabajo y que te diga cómo estuvo su día, de sus amigos, su maestra, de quien lo cuida…
- Conoce a tu hijo. Pregúntale sus miedos, sus cosas preferidas, de lo que quiere ser de grande… acostúmbralo a comunicarse por gusto, no por obligación. Sé su confidente, para que cuando lleguen los verdaderos problemas sea a ti a quien acuda.
- Siéntate con quien lo va a cuidar (si es pequeño) y establezcan reglas. Con esto no pierdes autoridad y no das espacio para “consentimientos”.
- Hay personas que trasladan el trabajo a casa, tipo “home office”, si esto te es posible y no descuidas ninguna tarea, pruébalo.
- Abrázalo mucho. Nunca sabrás el impacto que tienen tus brazos en él.
- Procura estar presente aunque no sea físicamente, llámalo si tienes minutos libres…
- “Agenda” un tiempo con él. Y cúmplelo. Sin celular, sin mails, sin clientes… dedícalo solo para ustedes.
- No llenes con cosas materiales los vacíos emocionales.