Hace unos días, un pequeñito de 8 años me dijo muy seguro de sí mismo “Quisiera ser mayor, como tú, por qué ser adulto es padre y puedes hacer muchas cosas.” | Por: Karen Arroyo |
El pequeño me soltó y se rió. "¿No es más bien que eliges el camino difícil?"
Siempre había creído que tomar una decisión con el corazón en la mano, basada en el amor era fácil. Sin embargo, conforme vas creciendo te das cuenta que no todas las decisiones pueden tomarse desde ese punto de vista tan cursi. ¿O sí? Las mujeres tendemos a complicarnos como si se tratara de nuestro deporte favorito. Por ejemplo; para saber qué tipo de ropa nos queda el día de hoy apelamos a nuestro estado de ánimo que se ve reflejado en el transcurso del día. Esto en el terreno de las decisiones vanales, ahora en el terreno de lo importante es cuando parece que pisamos tierras movedizas. Por decir otro ejemplo; ¿realmente lo que hemos soñado durante algunos años con nuestra pareja es lo que queremos para nuestro futuro? Es difícil dimensionar la trascendencia que tienen los planes de vida junto a otro. En nuestros tiempos pareciera que el amor es razón suficiente para emparejarte a alguien, ¿lo es? Decimos que amamos a nuestra pareja y creemos que el amor será la salvación de aquellos malos ratos que vivimos. Tampoco digo que el amor no sea parte fundamental para poder vivir en pareja, sólo hago conciencia del hecho de que convivir con alguien el resto de tus días incluye los llenos de alegría y risas pero también los complicados, "en las buenas, y en las malas" como podría decirse de la manera más cursi. No es cuestión sólo de decir que amas, es AMAR.
Amar a alguien es un compromiso de vida en el cual ambos deciden compartir sus mejores y sus peores momentos.
Aprender nuevas costumbres y tradiciones, compartir diferencias y no buscar cambiar a tu pareja por algún ideal. Amar no es perfección y dulzura. Es no complicarse. También es saber decir adiós, arriesgarte a tomar el camino difícil pero correcto cuando sabes que debes poner punto final. Es no buscar respuestas que te convenzan cuando muchos argumentos salen sobrando, pues sólo hay dos caminos: te quedas o te vas. El hecho de dejar ir no quiere decir que dejas de amar, significa que dejas al ser que te hace vibrar, al que te derrite y te llena, libre de ser. Aunque no sea a tu lado.
¿Nos encanta tomar el camino difícil? No creo, es más bien que a veces, no nos queda otra opción.