Pero los obstáculos vienen de todas partes, recuerdo como la primera vez que le dije a mis padres que me quería dedicar a actividades del mundo de la producción de eventos masivos y musicales, mi madre dijo “eso es de hombres, ,¿no quieres mejor hacer eventos sociales?”. La segunda vez que sentí esa impotencia fue cuando en una clase un maestro nos advirtió sobre ciertos personajes con poder de una empresa mexicana de producción muy reconocida, y como habían despedido a una chica en su primera semana porque no estaba dispuesta a hacer ciertas cosas que requerían de ella, cosas que no tenían nada que ver con su trabajo. Después, como practicantes a varias nos invitan a ayudar en el montaje para arma el cuadro, pequeño detalle la manera en que los roadies nos hacen la invitación es con dobles sentidos, lo cual por alguna razón creyeron que iba a ser de buen gusto y muy gracioso. Y así, una y otra vez, una mujer dentro de la industria se ve obligada a enfrentar situaciones que nada tienen que ver con su capacidad. Y realmente llega a ser irritante, cuando llegas a un montaje y un chico de producción quiere mandarte a fuerza con el equipo de decoración cuando en realidad tú eres el encargado del escenario y no necesitas que te “manden” a ningún lugar porque estuviste en el scouting y ayudaste a ubicar las zonas para el layout.
Estoy segura que muchas somos las mujeres que nos desarrollamos o pretendemos hacerlo en esta industria. Desde reporteras con gran reconocimiento a las que les han dado y arruinado entrevistas porque lo que desean es coquetear con ellas y por ende no las dejan hacer su trabajo; hasta productoras renombradas que manejan producciones internacionales, o simplemente una estudiante intentando encontrar su camino dentro de la escena; y estoy segura que todas hemos y continuaremos enfrentando situaciones incómodas, que nos causarán un dolor de cabeza, irritación y enojo. Pero aquí les dejo un mensaje, tendremos que mover montañas, hacer y decir cosas no muy agradables, soportar cosas nada placenteras; ahí seguiremos y nos haremos más fuertes con cada piedra que nos lancen. No solo porque es nuestra pasión, sino porque vamos a abrir un camino e inspiración para las futuras generaciones de mujeres que vienen detrás.
Por: Katy de la Rocha